jueves, 10 de marzo de 2022

Historía de unas castañuelas

 Y quizás suene demasiado pesimista. 

Coderch habla de la arquitectura finlandesa, de sus arquitectos que respetan los valores esenciales del hombre y el mundo que los rodea. Y yo lo siento, pero Qué visión más romántica! Habla de humanidad, donde está la humanidad? Como diría Black Eyed Peas “Where is the love?” 

Quizás suene demasiado pesimista, pero yo no creo en la humanidad, creo en el individualismo. Creo que somos todos egoístas -y digo somos porque no me haré pasar por santa-. No creo que existan todas esas pamplinas de las que habla Coderch. No las he visto con mis propios ojos, y me he cansado de intentar creérmelas. Creo que queremos creer en la humanidad, como quien quiere seguir creyendo en los reyes magos o en el ratoncito Pérez -si nos portamos bien nos traerán regalos-. Como toda ley científica, existen excepciones: “Hombre salva gato atrapado en cornisa subiendo 5 pisos por la fachada del edificio” “ Viejecita es ayudada por muchacha de 10 años a cruzar el paso de cebra”. Pero pesa más: “ Muere mujer de 50 años tras ahogarse en la calle con un caramelo y no haber sido ayudada”. Quienes se darían la vuelta y le darían 5 golpecitos en la espalda para que escupiese el caramelito? Ni tú, ni ella, y ,para que engañarnos, lo más probable es que ni yo. Y si ya cuesta darse la vuelta por una persona, imagínate por 6 o por una ciudad entera. Egoísmo. 

Si he entendido mal el texto y simplemente hace referencia a la arquitectura especulativa, entonces le daré toda la razón. Pero, si estoy en lo cierto y habla de humanidad de hombre a hombre… siento desilusionar a cualquiera que crea en ello, la humanidad no existe ni en los cuentos para niños. 

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